Lucía Moscoso Rivera (Quito, 1983)
Escritora y editora. Publica Dictado de la mano izquierda (Casa de la Cultura, Núcleo del Azuay, 2015). Sus textos aparecen en 100 poemas: antología de autores del mundo (Editorial Márgenes Azules, 2014) y Harawiq, muestra de la poesía joven boliviana-ecuatoriana (Murcielagario, 2015). Es creadora y productora del disco Fonografías: Registro de la poesía ecuatoriana a través del rock. Colabora con letras para la banda de rock La Doble. Dirige la editorial independiente Mecánica Giratoria. Actualmente reside en Barcelona como Responsable Editorial de Babelio, red social de lectores y trabaja en un proyecto de poesía y paisaje sonoro.
Quinto día en el laberinto
올드보이 - Old Boy
Park Chan-Wook
2003
Miedo al salto y a los huecos
el miedo arrugado de la infancia
en los otros el miedo desdoblado
el miedo a los hombres
que llevan dentro todos los miedos
susto, pánico, temor, temblor
el miedo tiene la edad de quien lo aloja
un perpetuo sobresalto
miedo animal
cierra la imaginación y forma
una capa con todos tus miedos:
cuento las noches y repaso los nombres
una melodía surge en la bondad del gas
baila Valium
concédeme este aire
no quiero despertar
pero despierto
y caigo con el miedo
que desata el antifaz
cuento los nombres y repaso las noches
el miedo es un laberinto de sudor y sangre
imploro:
mejor olvidar que ser olvidado
o en una gresca dejar intacta
la dentadura de la revancha
la música reemplaza al golpe
el golpe sobre la voz que calla
mejor cortarse la lengua
no te arrepientas de nada
las manos que estrangulan también aman.
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Lorca, no sé si es un derrumbe
El público
Federico García Lorca.
Estudio de Actores, Quito, 2018
El amor sería el último en ser fusilado
antes, pagarían todos los poetas
por no haberse castigado suficiente
por no haberse desvestido ante los otros
por no haber tallado en su piel el idioma de la ceniza
por no haber podado las enredaderas de sus ojos
pagarían todos los poetas
y nosotros
que nos negamos a callar para no quemarnos
y al final terminamos en la hoguera
por jugar tan solo
- Si yo fuera una cajita musical
- Me convertiría en pluma ¿Y si fuera yo un secreto?
- Entonces, yo sería un templo.
Podría continuar pero el juego termina en esta línea
aquí, en esta página que recoge los escombros
de algo que pudo ser y apenas fue la casa
la casa en la que escondimos nuestros fusiles
me asustaban las balas
hasta que disparé
porque ya me habías apuntado
cada palabra repetida para que sea cierta
los mapas abiertos de nuestra inocencia
la salvaje certeza de estar en este mundo
algo parecido a la complicidad de los peces
algo parecido a un milagro pero sucio
terreno y sucio, hermosamente sucio
y todos los amantes como todos los poetas
aquí condensados en nosotros
fusilados por el miedo que derrumba
hasta los mejores juegos.
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La escritura es una prótesis
extensión artificial que me sustituye
cuando la voz se tuerce para adentro
y el cuerpo se convierte en pretexto
pretexto de la sombra
escribo la defensa de las flores
en contra del lugar común que las marchita
escribo para reparar el aire
escribo un comunicado sobre el miedo
En el principio fue el miedo
escribo una carta sobre la enfermedad
firma una autómata del abismo
escribo listas y manuales de instrucción
recetas, contraindicaciones, posologías
escribo en el origen de una gotera
y cada gota es un sonido más agudo
hasta romperse
hasta romperse
has
ta
ro
m
pe
r
se
la escritura, sí,
una prótesis de ausencia.
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¿Qué recuerdas de la infancia?
Árboles, agujeros y columpios
canciones para no hablar de espejos
la espantosa fascinación
de ver mi rostro reflejado en el agua
el bucle de preguntar quién soy
y buscar la respuesta en todos
los rincones del cuerpo
el canto parecía un rezo
que desinfectaba las horas
mi madre parecía un tótem
(todas las madres deberían estar en un museo)
Dos pájaros tuertos buscan
su sombra en el agua
yo bailo en el túnel
de sus ojos dañados
esto es un cuadro
rescatado de un incendio
—que arda todo menos la memoria de la luz—
que la ceniza
no se entierre en mis ojos
necesito la mirada
mirar es un ejercicio
de descomposición
quien mira levanta
poder sobre el silencio
quien es mirado
se condensa y se disuelve
todo menos el árbol
que arda.
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Puedes hablar con las piedras y los muertos
el muerto es también una piedra de fundación
construimos espejismos verticales
sobre fósiles y tumbas
extendemos la estirpe del fuego
sobre el fango y la fe
en la oreja de todo muerto crece una plantita
de carbón, memoria o ceniza
y el universo vuelve a apostar
por uno de nosotros
puedes hablar con las piedras y los muertos
el amor siempre fue nómada
destruimos amuletos y ofrendas
sobre cuerpos que se sueltan
destruimos la palabra amor con los dientes
y el amor se marcha hacia otras bocas
cargando el gélido peso de su belleza
dejándonos llenos de furia
y de animales imposibles
que apenas mastican aire
puedes hablar con las piedras y los muertos
y puedes perder la vida en la orilla de un río
si tu sombra toca el agua.
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