Melissa Elizabeth Pasten Ortiz.
Nació en Ciudad de México, México. (1993)
Sensible a las letras y apasionada por la creación del conjunto de ellas. Es licenciada de Bibliotecología y Estudios de la Información por la UNAM. Así como un diplomado en Gestión de Bibliotecas por la UVM y en Teología filosófica en la Universidad Anáhuac.
Actualmente se desempeña como catalogadora y clasificadora en la biblioteca de la Universidad Anáhuac Norte, donde también formo parte de Radio Anáhuac en el programa “Bibliohertz” como productora y colaboradora durante aproximadamente tres meses, público un poema “Álveo” en la revista “Murmullo de Paloma”. Acudió al II Encuentro de Escritores "Daniel Arcos Mota".
Y actualmente se desempeña como una de las directoras del CMEI (Consejo Mexicano de Escritores Independientes). Además de contar con su nuevo proyecto como vía de exploración en el mundo digital por medio de su canal de Youtube: https://www.youtube.com/c/MelissaPasten
La caca
Estaba una caca danzarina en el retrete era tan grande y frondosa que por lo mismo se creía bella. Acababa de ser expulsada por un señor gordo, con lentes, camisa a rayas y pantalones bombachos, el excremento se hallaba feliz, por fin había salido de aquel lugar tan estrecho y oscuro, ahora flotaba con libertad en lo que creía una gran piscina.
De pronto llega la señora de limpieza y al verla, exclama:
- Oh! Qué porquería dejaron aquí.
Al escuchar esto la caca, su ánimo se apagó y desanimada se preguntaba.
- Soy fea acaso, ella me dijo “porquería”, pero qué le hice
La señora jalo la cadena y este excremento se deslizo cual como si estuviera en tobogán. Llegó al caño donde oyó gritos diciendo:
-Ha llegado otra porquería. ¡Bienvenida!
Mientras la caca pensó; por qué, aunque muchos nos llamen así, tenemos que caer en la resignación del nombre que nos da alguien que nos repudia, cuando podría decirse que nos sacó de lo más profundo de su ser.
Van Gogh.
Parecía que estaba viendo una película, (siempre que sueño conmigo aparece todo en tercera persona) donde la visión era aérea ubicándonos en una playa, poco a poco la imagen se iba acercando hasta una casa cerca del mar.
Una chica muy parecida a mí, con el cabello oscuro pero ya con algunas canas, ondulado, piel clara, aunque se denotaba el bronceado por el ambiente, estaba sentada en lo que parecía su sala, frente a ella estaba una mesita, ahí se encontraba con su laptop teniendo una video llamada con alguien importante pues le confesaba lo siguiente, pero antes de que comenzará a hablar ya éramos una, pues podía moverme con su cuerpo y tener su visión, no obstante trataba de avistar lo que reflejaba la pantalla, pero la luz intensa de esta no me dejaba percibirlo, era así que ella comenzaba a despedirse con alguien especial (quizás):
- Has oído sobre Van Gogh, la afición que tenía por la pintura amarilla, él decía que era el color de la felicidad, sin embargo, le hacía daño, se volvió algo tóxico que pese a eso no dejaba de hacer.
- Y creo que todos tienen algo de eso en ciertos momentos. ¿No crees? Las personas se vuelven dependientes, ya sea a una droga, el alcohol, la comida en exceso, una persona incluso o todo aquello que pueda llegar atentar contra de nuestro bienestar, pero pensamos que, si no tenemos esa persona o cosa, no vamos a poder salir adelante y no es así. Sabes que nunca me han gustado las dependencias a nada, todo es perecedero he ahí el gozo del instante de la vida.
- Y yo… Yo estoy enferma, por lo que no quiero ser la pintura amarilla en tú vida.
Con eso me despedía, cerrando la laptop que tenía frente a mí, respiraba hondo y volteaba ya que detrás de mí se hallaban unas puertas de cristal que me dejaban ver el mar y su inmensidad. Me paraba dirigiéndome allá, ya sin mi bata totalmente desnuda, podía percibir la brisa del mar recorriéndome junto con el viento y una hermosa luna llena acompañándome, mientras me sumergía en la infinidad de las aguas.
Despierto me hallo en mi hogar aun viviendo con mi mamá, no tengo canas en los cabellos mi piel tampoco está bronceada, a lado de mi esta mi abuela viendo las noticias de la mañana como siempre, se voltea diciéndome:
- ¿No vas a dormirte otra vez? Siempre te levantas más tarde los fines de semana. Descansa.
- Si, abuela.
Me recuesto de lado pensando en todo lo sucedido, lo escribo en el bloc de notas de mi celular, para después hacer un cuento de ello. Mientras medito, por qué cuando sueño conmigo siempre hay un fin distinto, será acaso el destino y nuestra conexión del subconsciente con el cosmos, pero cuando no soy yo en el sueño, es una persona totalmente diferente, como si hubiera vidas pasadas o paralelas que me llegan como mensajes… Eso es, los sueños son mensajes, conexiones introspectivas de viajes a otros tiempos, lugares, dimensiones, porque quién puede asegurar que no podemos llegar a ser y estar con el todo, mediante esté inconsciente donde nuestra mente viaja y es libre.
Instagram Melissa Pasten: https://www.instagram.com/pastenmelissa/?hl=es-la
Comments