Nací en Quito, me crié en Madrid y vivo alrededor del mundo. Estudio periodismo, soy un lector insaciable desde los 4 años y escritor de prosa y verso. Garciamarquiano y por lo tanto amo los cuentos. Creo en vivir para escribir y escribir para vivir.
LA LUNA
Caminaba por la luna, ya por algún tiempo, cuando me di cuenta lo solitaria que esta era. Miraba a la derecha, miraba a la izquierda y lo único que veía eran rocas perladas y oscuridad infinita alrededor; entonces pregunté: ¿Por qué todos aman a la luna?
-Tienes que ser un soñador para conocer la respuesta a esa pregunta- me respondió la luna- porque tú insignificante y pequeño como eres, no entenderás jamás que me aman porque soy bella y hermosa, porque no hay otra como yo, porque soy imposible e inalcanzable y porque todo esto lo soy porque estoy sola.
-¡Pero yo sí soy un soñador! Y ahora que estoy contigo, empezaré a ser un solitario como tú, para así tenerte para siempre.
Y la luna que siempre temió a los “para siempre”, quiso ser libre y se contradijo a si misma al expulsarme “para siempre” de su órbita.
Entonces comprendí que nadie que ame la luna, sea un soñador o un solitario, puede tenerla porque la luna es un solitario sueño inalcanzable.
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